jueves, 31 de enero de 2013

El Palacio de Puñonrostro, en Zamora, conocido como del Cordón, perteneció a una de las familias judeoconversas más prominentes de Castilla y León

El palacio fue construido a inicios del siglo XVI por Juan Arias Dávila Ortiz, 1er Conde de Puñonrostro, de origen judeoconverso, hijo de Pedro Arias Dávila González (Pedrarias, no el conquistador, 1415 - 1476), quien heredó todos los títulos y beneficios de su padre Diego Arias Dávila (nombre hebreo Ysaque Abenaçar, 1405 – 1466), contador mayor de Enrique IV, casado con Elvira González, también de origen judío, nombre hebreo Urosol y padre Ruiz Díaz, ambos de Segovia. 

Se sabe que Diego se convirtió después de los siete años, en la época de las predicaciones de Vicente Ferrer, su padre fue Mossé Abeatar, de Ávila, y madre Vellida, de Pedraza de la Sierra. Diego tenían una hermana de nombre Simha, que continuó siendo judía toda su vida, otra conversa que vivía en Arévalo, casada con un Juan Álvarez. Una judía llamada Rael, era su ama de niño y lo llevaba a la sinagoga a rezar, donde el pequeño Ysaque cantaba todas las oraciones.

En 1486, la inquisición abrió un proceso por judaizantes a los Arias Dávila, pero en 1490 fue archivado a petición del Papa mediante la gestión del Juan Arias Dávila González (1436-1497), obispo de Segovia, hijo de Diego.   

Volviendo a Juan Arias Dávila Ortiz, constructor del Palacio en Zamora, fue mencionado en el caso inquisitorial de su abuelo en 1489, junto a otros miembros de la familia, aunque no fue procesado, tampoco Pedro, su padre, sin embargo, su madre, María Ortiz hacía donaciones a una sinagoga por lo tanto su descendencia estaría ligada, por lo menos, a prácticas criptojudías.

Al partir a Roma su tío el obispo Juan Arias Dávila González, para interceder ante el Papa por la persecución inquisitorial a su familia, el sobrino, en ese momento IV Señor de Puñonrostro, pasó a ser la cabeza visible del linaje.   

Es válido notar que la copia del proceso que ha sobrevivido al tiempo es posterior a 1523, cuando ya existía el Condado de Puñonrostro, lo cual implica que, tal vez, una parte de la descendencia masculina de Diego Arias Dávila haya sido borrada, excepto Alonso Arias Dávila, arcediano de Sepúlveda, hijo de Pedro Arias Dávila González, hermano de Juan Arias Dávila Ortiz, el 1er Conde.

En 1498, los reyes Fernando e Isabel otorgan a Juan Arias Dávila Ortiz los bienes de sus abuelos Diego Arias Dávila y Elvira González, heredados por su padre Pedro, a pesar de que su caso inquisitorial había sido paralizado. En un documento de 1515 se dice que, además, la reina Isabel entregó a Juan Arias Dávila Ortiz, 30 millones de maravedíes que la inquisición quitó a sus parientes. 

Juan Arias Dávila Ortiz, 1er Conde de Puñonrostro, casó con María Girón y luego con Marina de Mendoza. 

El Palacio de Puñonrostro, de estilo Renacentista, fue edificado a inicios del siglo XVI en la Puebla del Valle, espacio de la primera judería de Zamora, en la Plaza Santa Lucía, a un costado de la iglesia románica de mismo nombre, erigida sobre casas judías, y muy cerca de las antiguas sinagogas.

En la actualidad, de este Palacio sólo queda la pared frontal, donde se aprecia el escudo de los Arias Dávila, que incluye una rueda de Santa Catalina, símbolo que originariamente adoptó Diego Arias Dávila, y el León rampante de los Velasco, asociado con el de Judá, además de un cordón franciscano, elemento que ha dado el nombre común al edificio de Palacio del Cordón. Hoy alberga el Museo Provincial.  

 

 

Bibliografía

Arias Dávila, Diego, Reseña biográfica en la Real Academia de la Historia, disponible en línea (pinchar aquí)

Pérez de Tudela y Velasco, María Eugenia, Linaje y transición histórica: los Arias Dávila entre el medievo y la modernidad, Tesis de Grado,Universidad Complutense,  Madrid, 2018


Entrada actualizada: Agosto 2023.

miércoles, 30 de enero de 2013

Leyenda y realidad de la llegada de los judíos*

"Acabada la fundación de Toledo, passaron adelante y llegaron al lugar donde hoy está edificada Çamora y mirando las constelaciones, el planeta, fecundidad del suelo, y las riberas de tan famoso río, acordaron edificar una ciudad y población. Fundaron pués Çamora años seiscientos poco más o menos"

"... los judíos de las sinagogas de Toledo y Zamora respondiesen auer allado clima de cielo y influjo de los planetas que en Hierusalem, se confirma por lo que dize Antonio de Nájera, mathemático, en su obra Astrologica Summa... hablando del signo del Acuario dice que domina las ciudades de Hierusalem, Vrbino, Constantinopla, Monferato, Turín, del Piamonte, Ráuena, Trento, Amberes, y en España, Zamora, Palencia, Medina del Campo y Seuilla"

 *Fragmentos tomados de María Fuencisla Casar, "Leyenda y realidad de la llegada de los judíos", El pasado judío de Zamora, 1992, página 43. En este capítulo la autora reune algunos de los relatos de fundación de la ciudad, incluidos aquellos que le atribuyen la misma a los judíos antes de la era común. 

domingo, 20 de enero de 2013

Joya arquitectónica

La construcción en Plaza Santa Lucía # 11 es similar a otras la parte alta del antiguo barrio Hamanzeit de Toledo, donde se ubica la Sinagoga del Tránsito, y podría ser o recinto para el aseo o institución religiosa.


Arcos en el interior de la "Bodega" en Plaza Santa Lucía # 11

La documentación histórica y la tradición oral coinciden en la existencia de dos sinagogas en Zamora, aunque su lugar específico no se ha localizado. En el caso de la Mayor, donada por los reyes Fernando e Isabel al Consejo en 1492, sabemos que se encontraba en la ya desaparecida iglesia de San Sebastián. Guadalupe Ramos de Castro la localiza en la actual Plaza de San Esteban (1988, 155-156). 

El primer documento que menciona a una sinagoga en la ciudad es un registro en 1283 durante el reinado de Sancho IV (Beinart, 2007). Fuencisla García Casar recoge en su libro las leyendas que otorgan a la primera sinagoga de Zamora un lugar relevante entre las de la península ibérica (1988, 43-44) y la misma autora recuerda que en 1411, el predicador Vicente Ferrer se refiere a una sinagoga principal en la ciudad (2003, 428) 

Por otra parte, la tradición oral en la ciudad agrega cinco sinagogas más en las Calles Gazapo # 5,  Ramos Carrión # 42, esquina de Rua de los Francos y Moreno, otra en el barrio de La Vega (García Casar, 1992, 69-70) y una ubicada en Plaza Santa Lucía  # 11, en la llamada Cueva Árabe (Markman, 2003, 17-28) o también Baños de Alfonso III. Que sepamos este último sitio es el que mejor se conserva y gracias al propietario del mismo, el señor Javier García Palacios, podemos ver las fotos que ilustran está nota.  

En agosto de 1971, el cronista del entonces Correo de Zamora,  Andrés Sánchez Pérez, publicó dos artículos describiendo el interior del reciento al cual consideró baños. No refiere el autor que el área de localización es, precisamente, el centro de lo que se conoce como la judería vieja o del Valle.

Techo en el interior de la "Bodega" en Plaza Santa Lucía # 11

El investigador francés Jean Passini estudia dos baños en la parte alta del antiguo barrio Hamanzeit en Toledo ubicados en la calle San Juan de Dios (antigua calle del Horno) y en la casa del Greco (1998, 319-324). El investigador francés llega a la conclusión de que el estilo arquitectónico usado no es islámico, lo cual es opuesto al planteamiento de Sánchez Pérez. 

La arquitectura de ambas construcciones es similar a la que presentamos de Zamora.  Passini también anota que el mismo estilo se aprecia en edificios religiosos y civiles toledanos, por ejemplo en la iglesia del Cristo de la Luz (1998, 324), algo que Sánchez Pérez igualmente reconoce en su artículo de 1971.
Sin una excavación en Plaza Santa Lucía # 11 no podremos saber si el lugar fue sinagoga o baños.

De acuerdo con el artículo de Sánchez Pérez, la habitación se extiende hacia la calle Zapatería y al subsuelo, lo cual sería lógico en busca de una fuente de agua. Y según nos cuenta Javier García Palacios, dueño del lugar, además de la entrada por Plaza Santa Lucía, en el Oeste, tiene otra entrada por el actual Callejón del Carmen, en el Este. 

Como sabemos, la documentación histórica presenta a la calle Zapatería como la arteria principal de la judería vieja en Zamora por lo cual no sería extraño que las instituciones comunitarias estuviesen en su perímetro y alrededores. 

Arcos y techo en el interior de Plaza Santa Lucía # 11
 

domingo, 6 de enero de 2013

León, Moisés de (también aparece como Moses, Moshe) ben Sem Tob de (1250-1305)

El pensamiento de este autor influenció particularmente las enseñanzas de los sabios de la Escuela Rabínica de Zamora, entre ellos Isaac Campatón (1360-1463), Isaac Arama (1420-1494) y Abraham Saba (1440-1508).  

La siguiente nota se ha tomado del Centro de Documentación y Estudios Moisés de León
Cabalista español, conocido como Moisés de León. Nació en León (hoy, territorio de Castilla y León / España) en 1250 - falleciendo en 1305 en Arévalo (Ávila – Castilla y León), siendo enterrado en el cementerio judío de Ávila, en lo que hoy es la Huerta del Monasterio de la Encarnación. Editó en 1280, por primera vez, el Zohar (Sefer ha-Zonar) o Libro del Esplendor, revelado en el siglo II a Rabí Shimón Bar Jochai, santo sabio del período de la Mishná, discípulo de rabí Akiba ben Yosef (40-135), el cual junto con el Séfer Yetzirah (El libro de la Creación), es el pilar doctrinal de la cabalá y una de las obras más importantes de su literatura. Según Gerschom Scholem en su libro “Desarrollo histórico e ideas básicas de la Cábala: “el entremezclamiento de la cábala de Girona y la cábala de los gnósticos de Castilla, se convirtió en la mente de Moisés de León en un encuentro creativo que determinó el carácter fundamental del “Zohar”. En lugar de las breves alusiones e interpretaciones de sus predecesores, presenta un amplio lienzo de interpretaciones y homilías que cubren todo el mundo del judaísmo tal como aparecía ante él. Estaba muy lejos de la teología sistemática, y hay problemas fundamentales del pensamiento judío de la época que no aparecen en absoluto en su obra, como son el significado de la profecía y las cuestiones de la predestinación y la providencia; sin embargo, es un reflejo de la situación religiosa concreta, y la expone mediante la interpretación cabalística. Empleando la forma de un pseudoepígrafo atribuido a Simeón bar Yohay y sus compañeros, Moisés de León quiso revestir con un ropaje antiguo su interpretación del judaísmo, como si se tratara de Midrashim largos y breves sobre la Toráh y los tres libros del Cantar, Rut y Lamentaciones. En sus libros hebreos escritos por los años que siguieron a 1286, tras haber concluido su obra fundamental el “Zohar”, Moisés de León ocultó muchas de sus ideas más atrevidas (para las que había sido muy apropiado el oscuro ropaje del arameo). Por otra parte, subrayó en ellos los principios del simbolismo de las sefirot, junto con el valor que tenían para entender la Toráh y la oración, así como elemento homilético y moral del Zohar. Sus libros hebreos ampliaban en ciertos lugares temas que habían aparecido por primera vez con algunas variantes en el Zohar. En su obra “Ha-nefesh ha-hakamah” (1290), escribe: “La finalidad del alma al entrar en el cuerpo es mostrar sus poderes y habilidades en el mundo... Y cuando desciende a este mundo recibe poder e influencia para guiar a este mundo malo de modo que se le someta a un “tikún” (restauración) arriba y abajo, porque es de rango elevado, compuesta de todas las cosas; y si no estuviera compuesta de manera mística de lo que está arriba y abajo, no estaría completa... Y cuando está en ese mundo, se perfecciona y se completa de este mundo inferior... Y entonces está en estado de perfección, lo que no le sucedía al comienzo de su descenso”. Fue el primero en recoger en el acrónimo “pardes” (jardín), las cuatro categorías convenciones por las que se dice que la Toráh podría interpretarse, el “pesat” o sentido literal que abarca no solo el contenido histórico y real de la Toráh, sino también la Ley Oral; el “derat” o sentido hermenéutico que es el camino de los comentarios éticos y agádicos; el “remez” o significado alegórico que se dirige al conjunto de verdades filosóficas que contiene la Toráh; y el “sod” o místico que es la totalidad de posibles comentarios cabalísticos que interpretan las palabras de la Toráh como eferencia a los acontecimientos que tienen lugar en el mundo de las “sefirot” o la relación que tienen con ese mundo los personas bíblicos. Obras suyas son también Sefer ha-Rimmon, en la cual se explica cabalísticamente todo el culto judaico; Ha-Miskal, refutación de los sistemas filosóficos tan a la moda en su época, que tenían por objetivo la explicación racional de la religión; y Sefer ha-Sadot, visión del infierno y de la gloria según la tendencia mística al apócrifo Libro de Enoc. 

jueves, 3 de enero de 2013

Una frase de Campantón


“Un principio importante de la ‘iyyun’ (o especulación teórica) es que tienes que prestar atención a cada detalle del lenguaje y hacer un gran esfuerzo en caso de que exista algo superfluo o alguna duplicación del significado… y sobretodo, ser muy cuidadoso con cualquier cambio de palabra en el lenguaje… de tema a tema, preguntando por qué ese cambio. Investigarás y buscarás diligentemente para extraer el significado de manera tal que cada palabra y partícula signifique algo nuevo que no haya sido entendido antes”.    
Isaac Campantón (1360-1463) 


Tomado de Daniel Boyarin, "Moslem, Christian, and Jewish Cultural Interaction in Sefardic Talmudic Interpretation", Review of Rabbinnic Judaism 5.1, Koninklije Brill NV, Leiden, 2002, 4