domingo, 19 de agosto de 2012

Una nota zamorana sobre Samuel Leví (1320-1360)



"Retrato de Samuel Ha-Leví", obra de Daniel Quintero, Madrid, 2000. Catálogo del Museo Sefardí de Toledo, edición 2011.


Samuel ben Meir ha Leví Abulafia, tesorero del rey Pedro I de Castilla (1334-1369), fue el promotor y financista de la hoy llamada Sinagoga del Tránsito, en Toledo, construida en 1357.

En 1360, Leví perdió el favor del rey, quien,
acusándolo de conspiración, lo condenó a muerte y confiscó sus propiedades, incluida su casa, el actual Museo del Greco, de la cual formaba parte la sinagoga.

El historiador Cesásero Fernández Duro (1830-1908) consideraba que Leví podría ser zamorano y así lo escribió en la sección
"La Aljama" includia en sus  Memorias históricas de la ciudad de Zamora, Tomo II, Madrid, 1882, páginas 124-154.

"No había transcurrido muchos años, cuando era tesorero del rey D. Pedro, a más de favorito, el famoso Samuel Leví, dueño efectivo de las rentas del reino, dispensador de gracias, y que fácilmente consiguió del soberano la revocación de las pragmáticas vejatorias a sus sectarios (se refiere a las ordenanzas de 1313 emitidas en el Concilio de Zamora), y la confirmación de las antiguas garantías (1). La Aljama de Toledo lo hacía constar en inscripciones laudatorias de Samuel Leví, y por cierto que porque en ellas se dice que no era judío castellano, apuntó el Sr. Amador de los Ríos que acaso sería portugués.


A mi juicio, fue de tierra de Zamora, y fundo la suposición en que por allí lo conoció D. Pedro. Sabida es la anécdota del rey en Morales del Toro, jugando a los dados, cuando dijo a Samuel 'que todo su tesoro se encerraba en la arquilla que tenía sobre el repostero'.

Samuel Leví fue el que sacó a D. Pedro de la prisión en que su madre y hermanos le tenían en Toro, y como entonces no estaban todavía a su disposición los caudales, era necesario que conociera bien las personas y la localidad para lograr, como logró, la evasión. Si a esto se agrega que, siendo de León, no podía, naturalmente, ser de Castilla, se comprobará la presunción, descartando la de hacerlo de Portugal o extranjero, circunstancia que no hubiera omitido las Crónicas." (137)

Hasta aquí la cita de Fernández Duro. Sin embargo, hay otra referencia que conecta a la familia ha-Leví con Toro. En Las inscripciones hebraicas de España (1956), Cantera Burgos y J.M. Millás notan lo siguiente en referencia a un sello de Todros ha-Leví, hijo de Samuel ha-Leví, custodiado en el Museo Británico: "Es curioso que los emblemas laterales a la inscripción que rodea al escudo de Castilla coincidan con los laterales del sello de Toro: son las mismas lises que tomaron para su escudo los famosos conversos burgaleses Santa María o Cartagena, pertenecientes, como es sabido, a la familia de Leví, y probablemente emparentados de cerca con estos Leví toledanos” (página 368).

Así, queda establecida la posibilidad de que Samuel ha-Leví Abulafia, el patrocinador de la Sinagoga del Tránsito en Toledo, en verdad, tenga raíces en Zamora, específicamente en Toro.  

Nota
1- Se refiere a las protecciones que Fernando IV respetó durante su reinado, no sin presiones contra los prestamistas hebreos. Ver Amador de los Ríos: Historia social, política y religiosa de los judíos en España y Portugal, capítulo II, Madrid, 1876.(Disponible online)

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viernes, 3 de agosto de 2012

Un pendiente de oro


En el capítulo dedicado a "Zamora"  en su libro Juderías de Castilla y León (1988), 153-181, Guadalupe Ramos de Castro incluye el dibujo (página 181)  de un pendiente hallado en el área de lo que debió ser el cementerio judío de la ciudad[1].
Según la investigadora, el objeto fue reproducido en la revista Zamora Ilustrada el 28 de Junio de 1882 y fue encontrado mientras se construían dos carreteras en el área de lo que sería el cementerio judío.
Ramos de Castro igualmente refiere a “ciertos objetos de oro, especialmente pendientes” reportados por Cesáreo Fernández Duro (1830-1908) en su segmento dedicado a la aljama, en Memorias históricas de la ciudad de Zamora, Tomo II, Madrid, 1882, páginas 124-154.
Comenta la autora de la pieza que: “El pendiente está realizado según un esquema tradicional, al gusto bizantino, con influencias islámicas, puede parecer por eso más antiguo que de la época en que debió realizarse, el siglo XIV” (página 171).



[1] El cementerio judío estaría en el cuadrante entre las Calle de Puentica, de los Olleros y  de Valderrey donde en el año 2006 aparecieron las ruinas del Convento de Santo Domingo, junto al cual se encontraba el “fosario de los judíos” según carta de los reyes el 5 de julio de 1492 firmada en Arévalo. (Ramos de Castro 170)