lunes, 27 de julio de 2015

La imprenta hebrea en Zamora

Tres fueron los libros que se publicaron en la imprenta hebrea de Zamora, haciendo de la ciudad, junto a Toledo, Guadalajara y Lisboa, una de las primeras en la península en este tipo de ediciones. Existen opiniones sobre los años de publicación de los mismos, pero no hay dudas sobre la existencia de la imprenta de Samuel e Inmanuel ben Musa:

"El tercer y último lugar en el que se sabe que existió una imprenta hebrea es la ciudad de Zamora, aunque se ignora cuándo empezó allí la actividad impresora exactamente. Solo ha sobrevivido una copia de una primera edición: el comentario de Rashi al Pentateuco (apéndice, n.º 21), impreso en1492 (9). Es significativo que Samuel ben Musa, el impresor, señale en el colofón del libro que este es el tercer trabajo que ha realizado. El colofón dice lo siguiente:

Han sido ya hechos [Pentateuco], y también oraciones a Dios [es decir, un libro de oraciones]. El tercer [libro es] el comentario principal de rabbi Salomón [rashi]).

De acuerdo con lo anterior, la fecha en la que se publica el libro es posterior a la fecha en la que comienza la actividad de la propia imprenta.

Nota 9: Sobre el problema de identificarla fecha en el colofón de esta edición, véase Iakerson 2004/2005, 2:375n1. Sobre la historia de esta única copia, véase Iakerson 2004/2005, 2:377.

Tomado de Shimon Iakerson: “Los primeros impresos hebreos de Sefarad (ca.1475–1497?)”. Biblioteca Nacional de España, Exposición Biblias de Sefarad
. Diposnible online

miércoles, 22 de julio de 2015

Zamora Cripto Judía


Con el título de "Zamora Cripto Judía" se celebró ayer 21 de Julio un panel en la 25 Conferencia de la Sociedad de Estudios Cripto-Judíos en el Centro de Convenciones del Hotel Double Tree en la ciudad de Miami, Estados Unidos.

Los ponentes fueron la genealogista María Eugenia Medina Ramos (Genie Milgrom), Jesús Jambrina, Director del Centro Isaac Campantón, y la periodista Marion Fischel, quien envió desde Londres el preview del documental que prepara sobre el tema. El panel fue moderado por el investigador Art Benveniste.
Milgrom expuso sobre el contexto histórico de los judíos en Portugal, donde en estos momentos la genealogista indaga líneas de su familia cripto-judía de Fermoselle. La también escritora, ganadora del Premio Inspiración 2015 en el Festival del Libro Latino, profundizó en el peso cultural de los judíos en el país vecino, lo cual ayudaría a explicar la supervivencia de las tradiciones mediante la práctica secreta de las mismas por varios siglos.
 Jambrina, por su parte, habló de las narrativas cripto judías de Zamora entre las que incluye la de la familia San Roman en San Juan de la Cuesta, Sanabria, la recuperación de la identidad Anusim en la que trabaja Anun Barriuso, con raíces en Villanueva del Campo, y la propia Milgrom, cuya investigación genealógica, datando más de 20 generaciones, hasta el siglo XV, ha expuesto numerosas redes cripto-judías en La Raya y las Américas.

La sesión concluyó con un preview del documental que sobre la Zamora Cripto Judía realiza la periodista Marion Fischel, ahora en fase de post producción, a partir de entrevistas realizadas en el primer congreso internacional sefardí realizado en Zamora en el año 2013.

El panel concluyó con una sesión de preguntas y respuestas sobre el lugar de la ciudad del Duero en la salida de los judíos hacia Portugal en el año 1492.  

martes, 7 de julio de 2015

El Centro Campantón consolida un grupo de trabajo y prepara ya el congreso de 2016

La Opinión de Zamora, 07.07.2015 | 06:10



Aunque en un formato más reducido, el tercer congreso sobre la huella judía de la ciudad cumplió sus objetivos. Así lo cree el Centro Campantón, organizador de una sesión académica que este año presentó la novedad del apoyo de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) de Zamora. El simposio del pasado viernes ha servido para consolidar "un grupo de amigos de la historia y la cultura sefardí" y también para lanzar la cuarta edición, que tendrá lugar en 2016. 

La actividad académica se acompañó de una exposición apadrinada por el Centro Sefarad-Israel de Madrid. Bajo el título "Pasaportes a la libertad. Diplomáticos españoles ante el Holocausto", el Colegio Universitario se convirtió en un lugar de homenaje a personas que -como Ángel Sanz-Briz- salvaron a miles de personas judías de una muerte segura a manos de los nazis durante la II Guerra Mundial. 

El estreno de la muestra, el pasado jueves, coincidió con el recorrido de la llamada Ruta Sefardí, a través de los diferentes paneles explicativos de la ciudad. El Centro Campantón ha querido agradecer al Ayuntamiento de la ciudad el "reemplazo" de los carteles "afectados por el gamberrismo" aunque "nuevamente tres de las marcas del recorrido han sido vandalizados por la insensibilidad de algunos individuos". 




Aunque el centro que dirige Jesús Jambrina optó por organizar un simposio de solo un día -los años precedentes fueron dos jornadas- la cantidad de personas que han participado superan los dos centenares. Además, el Centro Campantón ha querido subrayar como datos significativo la "profundidad y el conocimiento de la cultura judía de la ciudad, la provincia y el país en general".
La filosofía de una sola jornada estaba centrada en que "los ponentes tuviesen tiempo de profundizar en sus planteamientos", algo que ha ocurrido, a juicio de la organización. Esto "ha permitido una mejor interacción entre el público y los expertos", resalta el responsable del Centro Campantón, Jesús Jambrina. 

El debate más interesante, la noche del viernes, estuvo centrado en el impulso a un museo sobre la huella judía en la ciudad. Los ponentes se mostraron a favor de su existencia, "aunque hubo diversidad de criterios acerca de cuál sería la manera más adecuada para lograrlo". El centro se ha comprometido a "seguir explorando vías de realización" el próximo año. 




Uno de los aspectos más provechosos, apuntan los responsables, fue la "interacción" con diferentes actores culturales locales y regionales. En este sentido, el centro sopesa organizar un nuevo congreso en el área geográfica de La Raya. No hay que olvidar que esta zona es una de las más interesantes en el pasado histórico de Zamora, dado que supuso una importante vía de escape para los judíos que se vieron obligados a dejar el país en el proceso de expulsión dictado por los Reyes Católicos.

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Noticias relacionadas

María Eugenia Cabezas, nueva Consejal de Cultura en Zamora, favorece la creación de un Museo Judío en la ciudad. Las declaraciones las hizo en una entrevista acerca de los programas culturales en general.

-Estos días está de actualidad la posibilidad de abrir un Museo Sefardí. ¿Cómo lo ve?

-Me parece algo muy interesante. Hay gente que sabe, que puede orientarlo y se pueden hacer muchas cosas con ese legado. Tenemos que recogerlo, porque es parte de nuestra historia y puede servir como impulso turístico. (entrevista completa)
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Un libro en ladino, primer objeto donado para el futuro museo

La Opinión de Zamora, 07.07.2015 | 00:47
 
En pleno debate sobre la posibilidad de establecer un museo monográfico sobre la cultura judeo española, el presidente de la Comunidad Sefardí de Jerusalén, Abraham Haim, donó al Centro Campantón el ejemplar de un libro clásico en ladino, la lengua que los sefardíes han conservado siglo tras siglo en la diáspora. La publicación, en concreto, es La Odisea, obra del poeta griego Homero, prologada por Yitshak Navon. 

Con este gesto, el Consejo de la Comunidad Sefardí de Jerusalén -el más antiguo de la ciudad santa- ha querido expresar su apoyo a un proyecto, la apertura de una exposición, que requiere de la predisposición y apoyo económico de las instituciones públicas. El anterior equipo de Gobierno llegó a valorar el Centro de Ciudades Medievales como espacio idóneo para albergar esta muestra. 

Hasta la fecha, la iniciativa ya ha cosechado decenas de apoyos en las redes sociales, tanto por los miembros del Centro Campantón como por otras personas implicadas en la divulgación de al cultura sefardí. Durante el congreso del viernes se conoció también el nombramiento de José Manuel Laureiro, profesor que se jubila en breve y que ha liderado el estudio de los llamados "anuzín", personas que se han visto "forzadas" a cambiar su religión. Junto con Anun Barriuso, presentó en el congreso el recorrido de la investigación que han llevado a cabo en sus propias familias.


lunes, 6 de julio de 2015

Xuetas, historia d' una infamia

Zamora románica, semanasantera... y sefardí

La creación de un museo judío aportaría un referente cultural más a la ciudad y daría carácter permanente a los avances científicos aportados en tres años de congresos en los que se ha analizado el legado de la cultura hebrea  

06.07.2015 | 08:43


 
acudieron a Zamora llamados por el "tirón" del célebre legado románico de la ciudad y, aunque no hallaron un centro específico sobre arte medieval, pudieron visitar algunas de las iglesias que vertebran el casco urbano. Sabían que la capital había ingresado hacía unos años en la Red Europea del Modernismo y, si bien los folletos turísticos se habían agotado, recorrieron los edificios de la Plaza Mayor, la plaza del Fresco, Santa Clara y terminaron frente al imponente Mercado de Abastos.

Sintieron curiosidad por la primera Semana Santa del país que, en su conjunto, acababa de recibir el reconocimiento de Bien de Interés Cultural Inmaterial y, como la Pasión quedaba aún lejos en el calendario, decidieron visitar el Museo. La exposición no estaba pensada para transmitir los valores y la filosofía de las procesiones, pero, al menos, tomaron conciencia de la figura de Ramón Álvarez y apreciaron la calidad de obras de reconocidos escultores como Mariano Benlliure.

El Gobierno acababa de autorizar la concesión del pasaporte español a personas judías que acreditaran su origen familiar en Sefarad. Interesados en el hecho y seducidos por el misticismo de esta cultura, habían recorrido ya las estrechas calles del casco histórico de Girona y visitado más de una vez Toledo, cuna de las tres culturas. En esta ocasión viajaron a la provincia de Cáceres para caminar por la coqueta judería de Hervás y se acercaron al Museo David Melul de Béjar. Se informaron, por los medios de comunicación, del congreso anual que acoge Zamora desde hace unos pocos años, en plena exploración de su pasado hebreo. Sabían que la ciudad había dado importantes rabinos como Isaac Campantón y probaron suerte. Al llegar, acudieron a las oficinas de turismo, pero no les pudieron ofrecer folleto alguno. No existía. Les hablaron de la nueva Ruta Sefardí, señalizada por varios monolitos en diferentes puntos de la ciudad. Pero, al no conocer la capital y sin información específica sobre el recorrido, optaron por marcharse, un tanto decepcionados.

Son hechos ficticios? o quizá no. Puede que esto haya pasado ya. Las novedades sobre Sefarad -el país imaginario que los judíos españoles tejieron al ser expulsados de España en 1492 por los Reyes Católicos- circulan a la velocidad de los nuevos medios digitales de comunicación y las redes sociales. El patrimonio judío es un tema universal que conecta rápidamente con los sefardíes que viven en Estados Unidos, México, Grecia, Turquía o Siria. Apenas hallan un mínimo motivo, hacen las maletas y visitan la tierra que sus antepasados abandonaron cinco siglos atrás con las llaves de sus casas en el bolsillo, convencidos de su regreso. Decenas de conferencias y la implicación de estudiosos americanos e israelíes han colocado ya a Zamora en el mapa de Sefarad? Pero la ciudad solo puede ofrecerles un congreso anual en fechas específicas que acabará por extinguirse si no encuentra un asidero. Hasta la fecha, la iniciativa se ha financiado con el interés de cada ponente en exponer las novedades de sus trabajos de investigación. Poder compartir el conocimiento ha sido la compensación recibida.

También existe una interesante ruta, sí, aunque no ha sido inmune a los ataques vandálicos que han desnudado de información algunos de sus monolitos.

Y la pregunta es: ¿realmente es utópico plantear la creación de un museo que recoja la historia y el papel de Zamora en Sefarad? Este viernes pude plantearle esta cuestión a Manuel Moratinos, uno de los ideólogos del celebérrimo cambio de nombre de la localidad burgalesa de Castrillo Mota de Judíos. "¿Utópico?", me contestaba sorprendido. "No es utópico si el proyecto está históricamente documentado y consigue el apoyo de las instituciones", me argumentaba el arqueólogo.

Cuando el Centro Campantón que dirige el profesor cubano Jesús Jambrina plantea la creación de un museo, estoy seguro de que no se refiere a un gran edificio repleto de vitrinas y provisto de audioguías. Supongo que habla, más bien, de un salón en alguno de los inmuebles municipales -el exconcejal de Turismo, Francisco Javier González, llegó a plantear el malogrado Centro de Ciudades Medievales- donde exponer cómo era la comunidad judía de Zamora en la Edad Media o dónde se ubicaban sus sinagogas, carnicerías, baños rituales? En este sentido, se percibe con demasiada nitidez el silencio de los muchos y excelentes historiadores locales. Su colaboración ha de ser clave para cimentar la arquitectura científica que precisa el proyecto.

Sobre el apoyo público y aunque de forma embrionaria, el Ayuntamiento y la Diputación han prestado su apoyo estos años a las iniciativas del Centro Campantón. No dudaron en recibir a los participantes en los congresos en sus instituciones, arropando el sentido de las sesiones de estudio. El citado exconcejal, Francisco Javier González, se implicó en la construcción de esa Ruta Sefardí que precisaba más voluntad que medios, convencido de la "deuda histórica" de la ciudad con los muchos judíos que marcharon ligeros de equipaje rumbo a Portugal o a los puertos marítimos, en busca de un barco que los condujera a su nueva vida. El equipo de Gobierno actual acertaría, sin duda, en recoger el testigo.

Parafraseando el eslogan de un emergente grupo político, el momento de plantear seriamente el proyecto "es ahora". La apertura de un centro en el que sumergirse en esta desconocida etapa histórica de Zamora daría carácter permanente al esfuerzo que historiadores, arqueólogos, biólogos o escritores vierten cada año en los congresos sobre la huella judía. Su interés por la ciudad pasará o, simplemente, acudirán a otros lugares donde exponer sus progresos. Entonces se entenderá, en su correcta dimensión, el lujo que ha supuesto tener en Zamora a expertos en la cultura sefardí venidos de la universidad israelí de Ben Gurion o de la Universidad de la Ciudad de Nueva York.

Cuestión aparte es la romántica iniciativa de realizar excavaciones para terminar de ratificar lo que ya dicen los documentos históricos. Aunque "Historia no solo es arqueología", resulta apasionante la perspectiva de certificar si el mikvé o baño ritual escondido en la antigua Hostería Real fue utilizado por nuestros antepasados judíos. O resolver el desconcertante misterio que envuelve la llamada Cueva Árabe: almacén, bodega, sinagoga? Y de entre todos los arcanos, uno: ¿dónde se encuentra el antiguo cementerio judío? Las obras realizadas en la Huerta de la Frontera de Valorio para construir el actual parque de recreo no detectaron evidencia alguna. ¿Dónde se halla el camposanto de la Zamora sefardí? Sobre la viabilidad de la exploración arqueológica, podría plantearse que la ciudad carece de medios para abordarla o que existen otras prioridades. Sin duda, es así. Pero entonces habría que explicar cómo el actual Castrillo Mota de Judíos, un pueblo de solo 55 habitantes, ha sido capaz de impulsar un proyecto cultural al que fía su futuro y Zamora -cuyo principal valor es, precisamente, su patrimonio material e inmaterial- renuncia a intentarlo. La ciudad es románica y semanasantera desde el corazón de la Edad Media. Ya entonces, por las calles de los Barrios Bajos también corría sangre judía.